viernes, 27 de noviembre de 2009

Don Pedro Quirós, socialista bien de Oviedo


La Nueva España de 22-11-9, http://www.lne.es/siglo-xxi/2009/11/22/psiquiatricos-parte-pesarosa-sociedad-especialista-alcoholismo-dependencias/837594.html, a Don Pedro Quirós uno de los socialistas bien de nuestra región que nos cuenta refiriéndose a la matanza de Valdediós: “Entraron los regulares, con las tropas nacionales, y fusilaron a diestro y a siniestro… A quienes fusilaron fueron a los enfermeros”.

Debería tener cuidado nuestro socialista bien con lo que afirma, en Valdediós, aquel horrible día, no había un solo regular. Sí dijeron algunos canallas que estuvo su padre, tampoco es cierto

La zona estaba ocupada por la VI Brigada de Navarra, que no tenía ni una sola unidad de Regulares, por no tener no tenía ni requetes, que eran otros de los ogros nacionales. Estaba compuesta por los siguientes batallones: IX y X de Zamora, XIII y XVI de Zaragoza, IV de Arapiles, IV de Ceriñola, VIII de Mérida, X de América, D de San Fernando y dos baterías de Artillería. JM. Martínez Bande, El final del frente norte, San Martín, Madrid, 1972, p.52.

Esta usted calumniando a un glorioso cuerpo del Ejército, el más laureado.
Le repito debería usted tener más cuidado, ya que en esa matanza involucraron a su padre, gente de los suyos de ahora, como principal promotor de la misma, calumniándole como usted hace con unos soldados que luchaban y morían por España, con razón para mí y sin razón para usted, eso que más da. Y que si no hubiesen vencido en la lucha, a su muy decente padre, que además de ser un gran psiquiatra, lo mejor que hizo en su vida fue ser un hombre de bien, le habrían fusilado. Usted no hubiese llevado la muelle vida que llevó en su juventud, no hubiese estudiado con los mejores psiquiatras compañeros de su padre, ni mucho menos hubiese tenido la posibilidad de realizar sus numerosos estudios en el extranjero. Que, no le descubro nada nuevo, entonces solo podían hacer los privilegiados niños muy bien, yo, viejo ovetense que me considero de los privilegiados, no conozco a ninguno más que usted.

Sobre Valdediós nos cuenta usted: “hubo un incidente desagradable… la autora de un libro sobre los sucesos de Valdediós… Afirmó que mi padre había participado en aquello… la persona que le había dado los datos fue a verme y hablamos tranquilamente. Conservo una carta que me envió en la que aclara todo aquello y que mi padre no estuvo involucrado”.

No sé que carta le habrá remitido a usted, lo que sí sé es que en su libro escribía textualmente: “Esa relación llegó… firmada por D. Pedro Quirós Isla”. Marta Capín, El valle de Dios, Ediciones MS, p.145. Se refería a la relación de los 34 enfermeros de Psiquiátrico de Oviedo que debían ser fusilados aquella noche. Aclara la Capín: “En 1935 o 1936 al director (don Pedro) de La Cadellada se le había abierto un expediente --quizás por denuncias de los empleados--, tras lo cual fue expulsado. Es posible que los fusilamientos fueran una especie de venganza porque muchos de los que fallecieron... habían declarado en su contra”.

Supongo que las explicaciones serían muy buenas. Pues las afirmaciones de la Capín no pueden ser más claras.
Nos cuenta muy serio, y es cierto, que su familia demandó a la Capín. Perdieron el juicio y salió absuelta, noticia que corrió toda Asturias. Era una juez rojilla y ahora en España pasan esas cosas.

En ningún sitio conocido dio la Capín las explicaciones que, por lo visto, tanto convencieron a don Pedro.

A pesar de las estupendas aclaraciones la familia recurrió ante el Supremo.
¿Eran tan claras?

Lo sucedido en Valdediós fue una de las muchas barbaridades de nuestra guerra.
Copio una esquela de La Nueva España, 12-12-37, p. 9.

Juan José Valdés Rodríguez, falangista; Fernando Bárcena, falangista; Antonio Muñoz Gómez, falangista; Eleuterio Suardíaz, general; José María Suardíaz Balbín, propietario; Luis Valdés Suardíaz, Capitán; Manuel Valdés Suardíaz, capitán de Marina; Primitivo del Campo Santís, telegrafista, falangista; Constantino Moriyón, falangista; José Antonio Palacios Ceñal, falangista; Alfredo Valdés Rodríguez, falangista; Silverio Victorero Ordieres, falangista; Valentín Pajares Lastra, falangista; José Casariego Alonso, falangista; Miguel Soria Heredia, tradicionalista; Luis Rivas, falangista; José Álvarez Vallín, presbítero castrense (torturado hasta la muerte); Vicente Villazón Crespo, párroco; José Rodríguez Vinagre, párroco; Francisco Hevía Madera, párroco; Augusto Fernández Pumarada, falangista; Modesto Fernández Pumarada, falangista; Dámaso Llosa Sánchez, párroco; Emilio Llosa Cayado, falangista; Angel Cayado Maredo, falangista; Rosendo alonso Bedriñana, periodista redactor de “Región”. Clemente Monestina González, abogado; Ramón Fresno García, falangista; Manuel Obaya Peón, falangista; Francisci Neira Leijo, armador de barcos; Luis Cadellada falangista; José Manuel López Bastian, falangista; Jaime Costales Acebal, propietario; José María Martínez, empleado; Manuel Friera, tradicionalista; Fermín Castiello, falangista; Eliseo Telmo Duarte, falangista; Constantino Eugen García, Falangista; Ángel Fernández García, párroco; Dolores Amandí Romero (asesinada el mismo día que los nacionales entraron en Villaviciosa); Senén Fresno, falangista. F.E.T. y de las J.O.N.S. de Villaviciosa y Corporación Municipal, Invitan al pueblo de Villaviciosa a los funerales que por el eterno descanso de los que cayeron vilmente asesinados por las hordas marxistas se celebrarán en la iglesia parroquial de esta villa el día 14 del corriente a las diez de la mañana.

Otro día daré más detalles sobre estos terribles asesinatos que fueron bastante más que los de Valdediós (17). Irá acompañado del los nombres de sus asesinos y circunstancias de los mismos.

En Villaviciosa, en el verano del 36, los rojos habían asesinado a 43 personas en mes y medio, que para nada habían participado en el Alzamiento militar.

Se podría decir remedando a don Pedro: "Entraron los socialistas, con las tropas rojas, y fusilaron a diestro y a siniestro… A quienes fusilaron fueron a todos los que pudieron”.
Es bastante natural, aunque muy lamentable, que algún familiar o algún superviviente, de los asesinatos del año anterior, decidiese vengarse y junto con algunos soldados incontrolados cometiesen el horrendo crimen.
Si don Pedro y los jefes militares los quisiesen asesinar. ¿Por qué a media noche y no al amanecer que era lo clásico?

El afán de venganza es una pasión muy humana, la sidra y la noche la ayudan mucho.

En los 43 relacionados en la esquela del 37, no sé si habría sidra, pero lo que no hubo seguro fue afán de venganza, no había nada de que vengarse.

Francisco Alamán Castro.

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