Como ya saben, Su Sanchidad ha dicho que España va
viento en popa y como un cohete, amén de hablar de regeneración democrática. Lo
cierto es que estos batiburrillos, y otros, no se los creen nada más que sus fanáticos.
Si nos fijamos un poco, el “pueblo soberano” vive peor
ya que, entre otras cosas, los empleos son efímeros y frágiles, lo que hace que
los trabajadores teman que no lleguen a cobrar la pensión.
La capacidad de gestión de este individuo es inútil e
inepta pue, entre otras cosas, no es capaz de aprobar los Presupuesto Generales
durante estos dos últimos años, a pesar de la exigencia y deber que señala la
Constitución, de la que sólo se habla cuando interesa.
¿Y qué decir de la promesa de construir miles y miles
de viviendas sociales? Pues que caca de la vaca flaca.
En fin, este sujeto y su banda son una ruina, una
calamidad, un desastre, una hecatombe, etc, etc, sin atenuantes y sin
paliativos. Lo mismo que era su antecesor y su banda.
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