Como
ya saben, estamos insertando palabras que, al trastocar sus letras, salen otras
con otros significados. Como ya dijimos en anteriores entregas, vamos a ver
otras cosas de la riqueza de nuestro idioma, tales como significado de
prefijos, oxímoron, calambur, palabras que cambian de significado al sustituir
una letra por otra, onomatopeya, etc, etc.
El prefijo, como ya saben también, es el que se
antepone a la raíz de una palabra para indicarnos algo sobre ella. Vamos a
poner unos ejemplos de palabras que empiezan con el prefijo “a”, no
preposición, y “anti”, prefijos que quieren decir privación, negación o
ausencia de algo. Ejemplos: Atemporal→que no existe, o no tiene tiempo; Atono→que
no tiene tono; Abiótico→que no deja que haya vida; Antiacadémico→que se opone a
lo académico; Antiaéreo→que tiene como fin el evitar los ataques aéreos.
El
oxímoron es una figura gramatical que usa dos palabras de sentido contrario en
una oración, dando lugar a otra de nuevo sentido. Ejemplos: Copia original; El
agudo estúpido; Gas líquido.
El
calambur es un juego de palabras que cambia completamente el sentido y
significado de una oración, cuando se alteran, se unen o se separan algunas de
sus palabras o letras. Esto sucede en el diálogo, no en la escritura. Ejemplos:
El pan está hablando→El pan está blando; Entreno en coche de carreras→En tren o
en coche de carreras
Ahora
vamos a ver algunas palabras que cambian de significado al sustituir una letra
por otra. Ejemplos: Mota→mata→meta→muta; Germinal→terminal; Indultar→insultar; Modestia→molestia.
Ahora
veremos palabras que cambian de sentido al trastocar sus letras. Ejemplos: Claudio→licuado;
Cleopatra→aceptarlo; Eduardo→deudora; Faustino→infausto.
Ahora
veremos alguna onomatopeya que, como ya saben también, es una imitación a
través de ciertos sonidos lingüísticos con el objeto de imitar el sonido que
queremos transmitir. Ejemplos: Tachín, tachán→Sonido de platillos en una
orquesta o banda de música; Tictac→Sonido del reloj, aunque ahora ya no se oigan
por ser eléctricos.
¡Y
pensar que hay por ahí sujetos, sujetas y “sujetes” que quieren que no se use
nuestro rico idioma! ¿Por qué “celaá”?
Continuará.
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