Estamos en una situación sin calificativos. Ya no sabe
uno qué términos usar para definir, para especificar, para explicar y aclarar
tal situación. Las proposiciones de unos, unas y “unes”, son para llorar o para
morirse de risa.
Tenemos un desgobierno que “ayuda” a “okupas”, a
vagos, a maleantes, a parásitos, etc, que no quieren saber nada de lo que es el
trabajo y el esfuerzo, pero sí quieren cobrar sin dar golpe. Ya decía un
inmigrante que no quería trabajar porque no quería ser esclavo de nadie. A otro
le preguntaron que dónde trabajaba, respondiendo que en el paro. Sin
comentarios. Lo peor del asunto es que hay muchas personas que trabajan, y no
les llega el dinero a final de mes.
Se está convirtiendo la ayuda en un derecho, pero de
obligaciones caca de la vaca flaca. La voluntad y el esfuerzo para trabajar han
desaparecido en esta impresentable España “sanchista”. El abuso y la inutilidad
de estos vagos y maleantes están debidamente asentados, oiga. Para algo está la
“regeneración democrática” y la “España 2030”.
Nos viene a la memoria una frase de la gran escritora
chilena Isabel Allende:
“Lo que más temo es el poder con impunidad. Le temo
al abuso de poder y al poder del abuso”. El que quiera entender, que
entienda.


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