miércoles, 10 de septiembre de 2025

El “progresismo”


 

No hace mucho tiempo, había un acuerdo de carácter moral y ético que señalaba lo que era noble, virtuoso, digno, moderado, respetuoso, decente, etc, etc, a la vez que señalaba también lo que era inadmisible, ilógico, incoherente, falso, descabellado, etc. Hoy ese acuerdo ya no existe, ya que muchos, muchas y “muches”, aprovechándose de la estulticia del “pueblo soberano”, han destruido y pulverizado todo lo que suene a valores y principios éticos y morales, aunque se haya visitado al Papa.

Entre los muchos desastres de este asunto, uno de los principales es el tema del lenguaje, que está dominado por una “ideología de género” en la que se habla de hombres y mujeres, y de otros, otras y “otres”, pero nunca de personas o de seres humanos. El “progresismo”, para algo está, oiga.

Como ya saben, dicho progresismo se le considera como una ideología de carácter político que, según sus fundadores, sus creadores, sus animadores, etc, es defensor de las libertades individuales y de la justicia social, aunque cuando dichos fundadores y creadores cogen la sartén por el mando, caca de la vaca flaca de libertades y justicia.

Y terminamos comentando el manido asunto que nos enseña que si una nación no aprende de su pasado y de su historia, sin tener en cuenta el futuro, ira de bruces al precipicio, al barrando, al despeñadero, al pozo o al abismo.

Nos viene a la memora una frase del que fuera presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt:

“Un progresista es un hombre con ambos pies firmemente plantados en el aire”.



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