lunes, 10 de noviembre de 2025

La nación falsificada


 

No nos estamos refiriendo al libro “La nación falsificada”, comentado en este blog con fecha 14 de octubre de 2023, no, no estamos refiriendo a la nación falsificada, adulterada, corrompida, desfigurada, etc, que está construyendo este impresentable sujeto que tenemos como presidente del desgobierno. Con la implantación de su ideología, Su Sanchidad está derribando y hundiendo a España. Vamos a dar un vistazo.

El desaliento, el desánimo, el pesimismo, los escollos, los riesgos, las mentiras, la división entre españoles, las manipulaciones, las maniobras, las faenas, los manejos,  etc, etec, están convirtiendo a España en una nación falsificada que va a la deriva, aunque para este sujeto todo es “normalidad democrática”.

Esta “normalidad democrática”, de forma subliminal, y a veces descarada, se impone en muchos terrenos y aspectos de nuestra Patria. Así, por ejemplo, en la educación se está transmitiendo el relativismo moral contando las verdades a su modo y manera. No digamos ya nada sobre la Historia.

A los educandos se les infunde y se les persuade de que hablar y querer a España es de atrasados, de fachas, de retrógrados, de reaccionarios, etc, lo mismo que se les infunde y se les imbuye de que el cristianismo, no otras religiones, debe desaparecer, lo mismo que la familia. En una palabra: el relativismo es el sustituto de la razón. El ser políticamente correcto para algo vale, oiga. El adoctrinamiento en la enseñanza está servido: hay que ser nihilistas y obedecer ciegamente al Estado, aunque éste sea un auténtico desastre en asuntos como en lo social, en política, en lo económico, etc. En este último aspecto sí que estamos en el desiderátum: la inflación por las nubes, los impuestos gigantescos y la deuda pública desbocada.

En fin, lo de siempre: la censura, el acoso y persecución de todo disidente y el control de los “mass-media” está a la orden del día. Lo peor del asunto es, como decimos siempre, que el “pueblo soberano” ni se entera. Con el “furbo” y la telebasura ya tiene suficiente.



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