Como ya saben, el marxismo estampó el
estereotipo de que la religión era el “opio del pueblo”, adjudicándole la
mentira de que estaba, y está, a favor de los opulentos, acaudalados y
poderosos. Este concepto y otros, se expandieron por la España republicana,
originando una clerofobia y un odio a la iglesia cristiana, a la que se le
declaró una guerra a muerte en las zonas y lugares republicanos. Los promotores
y auspiciadores de esta persecución, tenían su referencia en la revolución
bolchevique de 1917, y en la guerra civil que después hubo en Rusia.
La violencia contra la religión fue de un nivel sin
semejanza. Las personas religiosas fueron detenidas sin más ni más,
ultrajándolas, deshonrándolas, vejándolas y exterminándolas. Por otra parte,
los edificios e inmuebles religiosos soportaron el atraco, el latrocinio y la
destrucción y derribo. Los jefes revolucionarios no solamente no impidieron las
mascaradas y orgías antirreligiosas que se veían por las calles, sino que las
alentaban y las auspiciaban, ya que había que combatir al “enemigo del pueblo”.
La represión desarrollada y extendida contra las
personas religiosas, fue terrorífica y atroz en toda la retaguardia republicana
convertida “en escenario de la mayor matanza de eclesiásticos de la
historia contemporánea de España” ( I )
De esto y otras cosas, las “memorias históricas y
democrática” no dice ni pío ¿Habrá comentado algo de esto Su Sanchidad cuando
visitó al Papa?
( I ).- “Retaguardia
roja. Violencia y revolución en la guerra civil española”,
autor Fernando del Rey, Editorial Galaxia Gutenberg, S.L., Capítulo 18, página
440.
Continuará.
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