Vamos a dedicar unas entregas sobre el tema de
filosofía, tema que siempre nos encantó.
Las ciencias, generalmente, nos hablan del ser humano
desde el punto de vista anatómico: nos dicen que tiene huesos, músculos, dedos, bello,
células, etc, etc, no siendo capaces de decir qué es una persona.
Si se quiere saber lo que son los objetos, las cosas,
los cuerpos, etc, amén de buscar el por qué existen, y cuál es el motivo de su
existencia, es necesario orientar y encauzar el asunto desde una óptica que nos
lleve a conocer el ser, la sustancia, el fondo, la particularidad, la esencia,
etc, de los citados objetos, cuerpos, etc.
Obviamente, lo más importante es el tema de observar,
examinar y meditar sobre la persona desde los puntos de vista viables y
creíbles, dándonos cuenta de que las personas tienen muchas cosas en común con
el reino animal, aunque es mucho más que un animal irracional.
Y así se entra en la
metafísica que, según el Diccionario de los “inmortales” de la RAE se define como
“parte de la filosofía que trata del ser en cuanto tal, y de sus
propiedades, principios y causas”. Esto quiere decir que hay cosas más
íntimas que las cualidades y rasgos
del tema físico, lo que requiere que intervenga la inteligencia.
Obviamente la filosofía
hace caso de lo que enseñan los saberes que trae el empirismo, pero por mor del
intelecto surgen las preguntas de cuál es la primera causa, o cuál es el objeto
o sentido de su existencia, o cómo y por qué apareció, o quién lo hizo o creó.
Y aquí nos encontramos
con la verdad. Sobre esto veremos algo en la próxima entrega.
Continuará.
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