El marxismo pronosticaba
de forma “científica” y pedante que, con la creación del “hombre nuevo”, iba a
venir el “porvenir radiante de la Humanidad”. El resultado ya lo conocemos. Es
decir, que cuando una época se inicia o arranca con premisas y promesas
erróneas, con utopías, transmitiendo y generando odios, rencores y luchas por
doquier, la época ya sabemos hacia dónde va.
Por lo que se ve en la
actualidad, parece que las premisas y las promesas no difieren mucho de las
marxistas-leninistas de los siglos XIX y XX. Se les inculca a los jóvenes tales
ideologías que les impide ver el mundo de otra manera y por sí mismos. Esto,
evidentemente, es una limitación de la que, por otra parte, no se dan cuenta.
Son incapaces de ver el mundo desde el punto de vista de la educación que
pudieran recibir de su familia. La verdad es que la culpa no es de ellos,
porque dicha educación ha sido abducida y ha quedado suplantada por la otra
“educación”. Y si es para la “ciudadanía", mejor que mejor, oiga.
Creemos que el asunto
más grave es considerar que el mundo es igual a como era a mediados del siglo
XIX y mediados del siglo XX. Si esa visión no se actualiza, se creerá también
que las ideologías y normas políticas de aquellos años siguen válidas. Gran error.
Es obvio que lo que nos está tocando vivir en estos comienzos del siglo XXI no
tiene absolutamente nada que ver con las ideas de 1848 (“Manifiesto
comunista”), ni con las posteriores de Lenin, Marigella, Gramsci, Mao, etc, etc
La verdad es que es
difícil conseguir que los jóvenes puedan “descarriarse” de lo políticamente
correcto. Las “madrasas” políticas campan por sus respetos en todos los sitios.
Además, hay otra cosa:
si de la Historia se dice que hay que aprender, los jóvenes de ahora lo tienen
muy crudo, pues los conocimientos que tienen sobre esta disciplina son
totalmente falsos y sesgados. Si se les pregunta (nosotros lo hemos hecho a
modo de curiosidad) sobre acontecimientos del pasado siglo XX, tales como la II
Guerra Mundial, La Guerra Fría, la caída del Muro de Berlín, la masacre de la
plaza de Tian An Men, las fosas de Katyn, las purgas de Stalin, el gran
genocidio de Mao Tse Tung, etc, etc, las respuestas han sido de lo más
pintoresco: desde un total desconocimiento del asunto, a las respuestas más
fanáticas de manual.
Lo curioso del caso es
que las respuestas que dan sobre los mentados acontecimientos ciertos pedantes
infumables marxistas, son de órdago a la grande ¡Tremendo, señores!
En fin, gran desafío
para los jóvenes. Y no llegarán a ninguna parte si se siguen construyendo
utopías y más utopías con los típicos cantos de sirena de los Pedro
Sánchez, Pablo Iglesias, Yolanda Díaz y demás troupe.
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