El Frente Popular ( V I )
Como decíamos en la
anterior entrega, en ésta veremos algo sobre las
barbaridades que se estaban cometiendo en aquel año de 1936, denunciadas por
José María Gil Robles en su intervención en las Cortes el día 16 de junio.
Nos cuenta José María Gil
Robles en la página 629 de su libro “No fue posible la paz”, Ariel,
Barcelona 1968, 851 páginas, dentro del Capítulo X V I I intitulado “Anarquía
y desgobierno”, en la llamada (2), lo siguiente:
“En la sesión de la Diputación
permanente del 15 de julio pude dar los siguientes datos estadísticos,
referidos a veintisiete días (del 16 de junio al 13 de julio): incendios de
iglesias, 10; atropellos y expulsiones de párrocos, 9; robos y confiscaciones,
11; derribo de cruces, 5; muertos, 61; heridos de diferente gravedad, 224;
atracos consumados, 17; asaltos e invasiones de fincas, 32; incautaciones, 16;
cetros asaltados e incendiados, 10; huelgas generales, 15; huelgas parciales,
129; bombas, petardos y lanzamientos de líquidos inflamables, 139; incendios,
no comprendidos los de iglesias, 10”
Para que vean el ambiente
que se respiraba en aquella “idílica” república, transcribimos unas palabras de
Largo Caballero dirigidas a Casares Quiroga, que aparecen en la página 495 del
libro “Historia de la Iglesia en España 1931-1939. Tomo I. La segunda
República (1931-1936)”, autor Gonzalo Redondo, Ediciones RIALP, Madrid 1993:
“ . . . Pues basta, señor presidente del Consejo, si
es cierto eso, si es cierto que su Señoría, atado umbilicalmente a esos grupos,
según dijo en ocasión reciente, ha de inspirar su política en la Revolución de octubre,
sobran notas, sobran discursos, sobran planes, sobran propósitos, sobra todo;
en España no puede haber más que una cosa: la anarquía”.
En la próxima entrega
veremos la catadura moral de aquellos dirigentes republicanos, concretamente de
Ángel Galarza Gago.
Continuará.
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