El gran filósofo alemán de la
Ilustración, Immanuel Kant, del que poco se habla, fue uno de los pensadores
que más influencia ejerció en la filosofía universal. En 1795 escribió “Sobre
la paz perpetua”, Ediciones Akal, 2012, 128 páginas, Colección Básica de
Bolsillo, en donde nos dice que “yo concibo un político moral, es decir,
uno que considere los principios de la prudencia política como compatibles con
la moral; pero no concibo un moralista político, es decir, uno que se forje una
moral ad hoc, una moral favorable a las convivencias del hombre de Estado”. Y sigue: “la
verdadera política no puede dar un paso sin haber previamente hecho homenaje a
la moral (ética)”.

Si eres un perceptor monocular de la realidad porque deduces lo que te dicen que tienes que deducir;si te refugias o escondes en ideologías que impiden ver la realidad e intercambiar ideas; si tu meta no es la honradez intelectual; si crees en el pensamiento único y también crees en el dogma de las certezas; si te consideras poseedor de la “hybris intelectualista” y crees asimismo que tienes una visión privilegiada sobre el mundo, si todo esto eres y crees, no entres en este blog.
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