Pequeña biografía.
Charles Robert Darwin era
hijo de un célebre médico, Erasmus Darwin y, como su progenitor, comenzó la
carrera de galeno en Edimburgo. Como la vocación del joven Charles no era ésta,
ingresó en el Christ College de Cambridge con el objeto de iniciarse en
estudios eclesiásticos consiguiendo, tres años más tarde, el grado de Magister Artium (“Maestro de las
Artes” o
“Maestro en Artes”), aunque su afición innata era coleccionar insectos,
plantas, restos geológicos, etc.
Conoció al botánico Henslow,
y también a Adam Sedgwick, con el que realizó un viaje para explorar
geológicamente el norte del País de Gales.
Más tarde, como ya es sabido,
y a instancias del mentado Henslow, realizó su famoso viaje en el buque
“Beagle” como naturalista. El barco partió del puerto de Devon el 27 de
diciembre de 1.831 y navegó por Cabo Verde, Brasil, Argentina, Uruguay, Islas
Galápagos, etc. Aparte de esto, Darwin realizó excursiones por la pampa
argentina, así como por el interior del Brasil y la cordillera de los Andes. En
octubre de 1.836, el “Beagle” regresaba a Inglaterra.
Todos los materiales que
había traído de su viaje, fueron inmediatamente estudiados en Cambridge y
posteriormente en Londres, lo que se tradujo en una gran y estrecha relación
con los grandes científicos de la época.
Ya casado con su prima Emma
Wedgewood, su salud comenzó a declinar, lo que le llevó a retirarse a un pueblo
de Kent, en donde vivió hasta su muerte.
Su obra “El origen de las especies por medio de la selección natural”, que fue
publicada en 1.859, suscitó todo tipo de reacciones, como era lógico.
Seguidores y detractores discutían entre sí sobre el tema.
En síntesis, su teoría de la
evolución dice: “la vida comenzó por
seres muy simples, y de éstos, por sucesivas transformaciones, se llegó a otros
seres más complejos entre los cuales se halla, en último término, el ser
humano”.
Aunque más tarde Darwin
señaló la probabilidad de la aparición de seres vivos a partir de materia
orgánica, jamás excluyó la existencia de un Primer Artífice Supremo.
Las teorías materialistas de
aquel entonces, entiéndase el marxismo (Marx y Darwin fueron contemporáneos),
para defender su doctrina se apropiaron inmediatamente de la teoría darwiniana,
omitiendo y por lo tanto mintiendo, sobre lo que había dicho Darwin del Primer Artífice Supremo.
Continuará.
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