martes, 11 de diciembre de 2018

Cianótico



Al actual presidente que tenemos, gran timonel él, da “gusto” oírle hablar. Sus palabras son superfluas y extravagantes, a la par que son exageradas e inútiles. Tahúr de la promesa y charlatán de feria, habla con inseguridad y con imprudencia. No mide las palabras y, por supuesto, no tiene claros los conceptos. . . bueno algunos desgraciadamente los tiene.

También habla con gran frivolidad, ligereza y veleidosidad. Algunas veces su verbo es encizañador.

Cuando sale por la tele da la sensación, en algunas ocasiones, de que su verbo es brillante. Pero no hay que fiarse: hay mucho tongo en las preguntas de los periodistas o de los presentadores y plumíferos de la casa.

Cuando alguna vez le preguntan de repente y a bocajarro, se queda cianótico, demostrando que en muchas cosas está en la higuera, es decir, alejado de la realidad social e ignorando los problemas, apuros y dificultades económicas del “pueblo soberano”.



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