lunes, 10 de septiembre de 2018

"Los olvidados"



El título completo del libro es “Los olvidados. Una tragedia americana en la Rusia de Stalin”, autor  Tim Tzouliadis, edición en castellano de Randon House Mondadori, S.A., Editorial Debate 2.010, 521 páginas.

Este libro nos narra la historia de cientos de miles de norteamericanos que se fueron a la Unión Soviética, cuando la gran depresión de los años 30 del siglo pasado, en busca de mejor vida y de oportunidades, vida y oportunidades que acabaron en tragedia.
Algunos de ellos fueron ejecutados a los pocos años de llegar al “paraíso”. Otros perecieron en los “campos de reeducación” comunistas. Es también la historia de la Unión Soviética y su terrorífico y espantoso funcionamiento denunciando sus “gulags” y la miopía de Occidente.

Aquellos ilusos americanos, cegados por la propaganda del mundo soviético, lo primero que hicieron fue presentarse en la embajada de EE.UU. en la URSS, para solicitar ayuda. Y la realidad salió a relucir: habían perdido su nacionalidad y su destino no importaba a nadie. Fue una auténtica odisea. Pocos sobrevivieron al terror e intentaron dar a conocer a la opinión pública sus sufrimientos.

 Pero, claro, los de la internacional de la mentira y de la memoria histórica comunista, han trabajado para que esto no se conociese.
La Unión Soviética pensaba por aquel entonces que el capitalismo tocaba a su fin y prometía la “salvación” a todo el mundo. El engaño y la mentira, como siempre, estaban servidos. Sus planes quinquenales, auténticos disparates económicos y sociales, eran el reclamo para los ilusos.

Llegó a tal extremo la propaganda, que en el año 1.931 el periódico New York Times publicó una noticia diciendo que en ese año había cien mil peticiones de emigración a la Soviet Trade Organitation, que era conocida con el nombre de Amtorg. Dicha organización había abierto unas oficinas en Manhattan, ofreciendo cinco mil empleos. Los trabajadores que aceptaron ese “empleo” creyeron que su porvenir estaba resuelto y que habían tenido mucha suerte. La verdad fue que la suerte la tuvieron los trabajadores que no pudieron emigrar.

Como decíamos anteriormente, la propaganda fue tan brutal que el mismísimo G.B. Shaw dijo por la radio americana que el capitalismo estaba en bancarrota y que “sólo el barco ruso navegaba sin sobrepeso”.

Todo el terror de lo que fue la Unión Soviética, está reflejado en unas palabras del disidente soviético, condenado a trabajos forzados por su “actividad anti-voviética”: “Nosotros, matamos y matamos y matamos”.

Recomendamos los capítulos intitulados “El Terror, el terror”, página 93 y “Sumisión a Moscú”, página 153. De ellos comentaremos algo en la próxima entrega.

En fin, y como siempre, libro recomendado para los de la memoria histórica y para los de la internacional de la mentira, del odio y del engaño.

Continuará.



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