miércoles, 5 de septiembre de 2018

Los “científicos”


En el año 2010, si no nos falla la memoria, aparecieron en los “mass-media” unas declaraciones de astrofísico británico Stephen Hawking, galardonado en 1989 con el premio “Príncipe de Asturias” de la Concordia, en las que decía que Dios no existe.


En una ocasión, oímos a un pedante marxista infumable decir de sí mismo “tengo mucho de científico”. La verdad es que de tal cosa no tenía absolutamente nada. En sus escritos se limitaba a amontonar y reclutar citas y citas de personajes afines con su ideología para constatar y avalar sus prejuicios. Es decir, empleaba el sofisma “ad verecundiam”: lo dijo Blas, punto redondo.

Esas citas mencionadas, iban casi siempre edulcoradas de tal forma, que constituían una verdadera adulación y servidumbre, transmitiendo su pedantería, prepotencia y soberbia, al mostrar su acuerdo con personas “tan prestigiosas”. Como se puede ver, y por el simple hecho de emplear un sofisma, esta forma o “método” no tiene absolutamente nada de científico, por mucho que nos quiera demostrar el “ente” y los “mass media” con esa exhibición de intelectualillos de medio pelo y de tres al cuarto, que salen cada dos por tres y que no aclaran absolutamente nada de nada, aunque sean considerados los representantes oficiales de la “kurtura”.

Evidentemente, las citas, dichos, pensamientos, etc, de personas importantes, no tienen por qué suprimirse. Nosotros lo hacemos con frecuencia en nuestros escritos. Lo que hay que hacer es cotejar y contrastar esas citas que se consideran importantes, con otras que estén relacionadas con lo que nos ocupa y que nos puedan ayudar a revolver o ver mejor la cuestión que se esté tratando. 

Como decíamos al principio, en el año 2010, aparecieron unas declaraciones de Stephen Hawking diciendo textualmente que  “Dios no existe”. Otros científicos mucho más galardonados que él, (Compton, Penzias, Einstein, etc, todos ellos premiados con el Nóbel), dicen todo lo contrario. Por tanto, decir que Dios no existe porque lo digan Hawking, Marx o Lenin, no implica nada.

Ni qué decir tiene que estos “científicos” son casi todos ellos ateos. Verdaderamente esto no tendría ninguna importancia, si no fuese porque ese ateísmo les lleva prácticamente a odiar a la religión, a la cristiana, claro diciendo que es un conjunto de desviaciones mentales y de supercherías. De otras religiones no dicen ni pío. Ustedes ya me entienden.

Lo que omiten estos “ateos científicos” es que la aplicación, promoción y divulgación del ateísmo, principalmente durante el siglo XX, ha llevado a la Humanidad a regímenes monstruosos de todos conocidos.

Lo que no comprendemos es cómo mister Hawking puede saber que Dios no existe, ya que su existencia no es una cuestión científica con la que se pueden hacer experimentos para llegar a conclusiones. Lo que dijo este señor es simplemente su opinión sobre el asunto. La existencia de Dios, y todo lo que se quiera decir de Él, no pertenece al campo del experimento físico, con sus demostraciones y empirismos, sino al de la Metafísica. Y si no que nos enuncie mister Hawking el teorema, la fórmula trigonométrica, geométrica, algebraica o ecuación, de la que se valió para sacar su conclusión.

Suponemos que este señor se le habrá ocurrido pensar Quién fue, o de dónde salieron las leyes físicas y químicas por las que se rige el Universo.


D. Gustavo Bueno, filósofo materialista y ateo, manifestó en su día que lo que había dicho el astrofísico británico era “irrelevante”.





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