jueves, 20 de septiembre de 2018

El cuentista



Hay cierta clase de sujetos y “sujetas” que, por mor de su ideograma, están dispuestas a dar palos a diestro y siniestro a todas aquellas personas e instituciones que les pongan obstáculos para conseguir los propósitos y los deseos de su manual-plantilla que, de forma esquemática y tópica, tienen grabado in mente. Su fe es inquebrantable. Tan inquebrantable es, que si las ideas que defienden están en el manual les importa un bledo que sean nocivas y perjudiciales para la sociedad. Lo estamos viendo en estos momentos en España.


Se podían poner muchos ejemplos de los perjuicios que está causando este gobierno a España. Uno de ellos, quizá por su peligrosidad, es el de la inmigración. Este asunto es una bomba de relojería que está poniendo en juego la convivencia pacífica entre los españoles que se consideren como tales. A los que no se consideren integrantes de España, la citada bomba les estallará igual.

Ya sabemos quien fue el cuentista inventor del “multiculturalismo identitario” y de la “alianza de civilizaciones”, productos ambos de su fanática fantasía. Lo malo del asunto es que aunque sean productos fanático-fantásticos, nos han traído muchos males. ¿Por qué no aprendemos de otros países? ¿Por qué no se lee un poco de historia? Ya sabemos que leer es mucho pedir.

Pero, claro, en vez de hacer esto, nos cuelan con premeditación, alevosía y nocturnidad, ese “buenismo” que, consciente o inconscientemente, nos están introduciendo con respecto a la inmigración. Las imágenes fijas y los clichés que están distribuyendo el gobierno a través de, por ejemplo, los “artiscejos” opulentos y subvencionados, bien sean con canciones o películas, nos presentan a una España que nada tiene que ver con lo que hasta hace poco era: una nación homogénea y uniforme, culturalmente hablando.

Como fácilmente pude apreciarse, esta homogeneidad y uniformidad, ahora ya no existen: han sido dinamitadas por mor de la inmigración incontrolada, despapelada y brutal. Y para más INRI nos quieren presentar el asunto como la cosa más normal y natural.

El problema que subyace en todo esto es el gran conflicto social que puede originarse cuando estos inmigrantes sean conscientes del verdadero problema y les toque de lleno. El problema no es otro que el económico, que ya está ahí, problema producido por el despilfarro y saqueo de las arcas del Estado que todo gobierno socialista deja como secuela tras su paso por el poder. No nos queremos imaginar que sucederá si a los millones de parados que hay en estos momentos en España, se les unen otros millones del colectivo de inmigrantes.

¡Y pensar que este cuentista aún anda por ahí "dando consejos"!





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