viernes, 22 de septiembre de 2017

“Un coronel llamado Segismundo” ( V )


El título completo del libro es “Un coronel llamado Segismundo. Mentiras y misterios de la guerra de Stalin en España”,  autor Francisco Félix Montiel, Editorial Criterio-Libros 1998, 235 páginas incluido Índice onomástico.


Y continuamos con este magnífico libro del ex comunista Francisco Félix Montiel.

Sobre la falsedad, engaños y mentiras del PCE en aquella época, continúa Montiel en la página 189:

“En Madrid quedó un miembro de segunda categoría del politburó, el camarada Diéguez, con instrucciones confidenciales de ‘dejar hacer’ a Casado. Cuando fui a decirle que tenía noticias seguras y algunas pruebas reveladoras de que la acción del coronel iba a producirse ya, de un momento a otro, le pregunté qué tenía preparado el partido para hacer abortar aquel engendro. Me insistió en que era necesario ‘esperar’ “¿Esperar; qué otra cosa?’, le repliqué. ‘Hay que dejar que Casado se subleve. Son las instrucciones que tengo de los camaradas’, me dijo por toda explicación “Y entonces, una vez estallado el golpe?”, me creí obligado a preguntarle aún: “Todas las medidas están tomadas para aplastar el golpe en unas horas”. Ya sabemos que era mentira; pero esa fue su respuesta”.
Una vez huida a Elda la cúpula del PCE, dice la Pasionaria en sus “Memorias” : ‘Hemos sido derrotados’. No es verdad. No había derrota en Madrid. Y no la había en parte alguna, si se movían las unidades militares que en superioridad manifiesta comandaban guerreros comunistas.
Las tres palabras de Pasionaria son una mentira absoluta. Pero está en ellas la clave de la coartada que el partido comunista necesitaba. “Hay que salir de España” , escribe también Dolores Ibarruri. Era el complemento de la misma clave. Se producen otros complementos en literatura de falso derrotismo. Literatura que hace reír repasándola ahora. Son de risa los trozos de discursos o de memorias o de libros que pretenden ‘describir’ aquellos episodios finales. ‘La situación por momentos se hace más peligrosa en Elda”, añade la legendaria Dolores, pretendiendo marcarse un gesto numantino: “los camaradas deciden que yo salga de España. Me resisto. Expongo mis razones. No sirven de nada mis argumentos. La dirección del partido ha decidido que marche, y debo marchar”.

En la página 193 continúa Montiel:

“Todo esto podría considerarse más o menos realista, si el espacio donde estaban y las condicione no hubieran sido el resultado de una decisión voluntaria. El escenario de una comedia perfectamente estudiada. Todo esto podría creerse si la resistencia madrileña no hubiera estado demostrando al mismo tiempo que la huida no era el único ni el mejor camino; y que las fuerzas contrarias a la Junta más allá de Madrid podían ganarle la batalla a Casado; que se podían buscar y encontrar otras soluciones sin huir de España. Por lo demás, el entonces miembro del buró político Jesús Hernández, pone al descubierto lo que había de falsedad en los cuentos de miedo y en las fábulas de ratoneras para cazar ministros y dirigentes comunistas”.

En el próximo y último capítulo veremos lo que Jesús Hernández dice sobre la “troika”  formada Togliatti, Stepanov  y Pasionaria.

Recomendamos leer el libro.


Continuará.



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