martes, 21 de marzo de 2017

Estado autonómico, federal y confederal
















Suponemos que los lectores conocerán aquella historia de un pueblo cuyos habitantes, trabajadores ellos, bien dispuestos y solidarios, fueron requeridos por el párroco para introducir en la iglesia una viga de grandes dimensiones con el objeto de reparar el hundimiento de la techumbre del templo.

Inmediatamente los vecinos acudieron a tal requerimiento, y se agolparon alrededor de la viga para introducirla en la iglesia. Con gran esfuerzo, la levantaron de la forma más rápida posible. El caso es que la viga no podía entrar porque sus extremos rozaban el marco de la puerta. Después de grandes esfuerzos, comprobaron que la maniobra no se podía realizar.


Unos pocos vecinos que estaban observando, y que parecían ser un poco más reflexivos, se encontraban un poco alejados, haciendo comentarios un tanto jocosos y burlones sobre el esfuerzo que, de forma irreflexiva, estaban haciendo los demás. Les decían que estaban en un error si pensaban meter la viga en la iglesia de esa forma, por mucha fuerza que tuvieran todos. Después de varias horas de trabajo infructuoso, y al borde del agotamiento, los “trabajadores” vecinos pidieron a los observadores que les dijesen de qué otra forma se podía introducir la viga, a lo que contestaron que si se echaba un poco de aceite en los extremos, se lograría lubricación, con lo que el esfuerzo sería infinitamente inferior. Lo curioso del caso es que a nadie se le ocurrió que girando la viga noventa grados, ésta podía entrar sin ningún tipo de roce, ya que la estaban introduciendo atravesada.

Pues bien, en la España actual, estamos asistiendo a un espectáculo similar. Prácticamente todas las fuerzas políticas de lo "políticamente correcto", están intentando “introducir” cambios en nuestra Patria,  “esforzándose” para cambiarla en una de tipo confederal, lo que puede traer el peligro de la desmembración del Estado. Unos pocos políticos “reflexivos”, en cierto sentido antiguos compañeros de viaje de ZP, tales como Sosa Wagner, Leguina, Savater y algún otro y otra, dicen que los cambios deben hacerse desde una óptica federal, no confederal, ya que el federalismo es más “lubricante”

No obstante, a los antes mencionados se les podría decir que leyesen los discursos de Ortega y Gasset ante las Cortes durante la II República, en los que destacaba la diferencia entre autonomismo y federalismo. Pero resulta que como en España casi nadie lee, los intelectuales tienen más y mayor obligación y responsabilidad de informar al “pueblo soberano” que en otros países, donde la gente lee. No olvidemos que la Reforma protestante impuso la obligación de leer la Biblia, lo que creó un hábito de lectura en las personas.

Por otra parte, el crecimiento vertiginoso del “ente” se debe a los programas cocinados previamente por el tinglado político-empresarial, que no le conviene que la gente lea. Las recetas son siempre las mismas: programas “tomate”, tertulias de “famosos” y sobre todo fútbol, mucho fútbol. Con esto se entretiene y se desinforma al “pueblo soberano” y así es más dúctil, maleable y manejable, y así cree que la viga se puede introducir de cualquier forma, aunque frontalmente sea imposible. Ustedes ya  me entienden.



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