jueves, 24 de noviembre de 2016

“La obsesión antiamericana” ( y I V )



El título completo del libro es “La obsesión antiamericana. Dinámica, causas e incongruencias”, escrito por Jean-François Revel, Ediciones Urano, S.A. 2003, 247 páginas.

Ya hemos dicho que el odio a todo lo “yankee” es de lo más irracional y cerril. El pensamiento dual y maniqueo que tanto pulula por los “mass-media”, patrocinado y lanzado a la calle por los titiriteros del mundo de la “kurtura”, trae como consecuencia la simplificación de los hechos e ideas, derivando en el cerrilismo más irracional, si es que hay cerrilismo racional, cerrándose en banda. En una palabra: este antiamericanismo de izquierdas propaga que todo lo que huele a Estados Unidos es malo y que, como consecuencia, hay que entrar a saco al Tío Sam.

Por comentar algo sobre esta actitud, recordaremos que cuando Fidel Castro asesinó aquellos tres disidentes no hace muchos años, se dijo que era “un abuso”. Para disculpar a este criminal, salieron a la palestra los de siempre criticando también a Bush por las ejecuciones en Texas cuando era gobernador de aquel estado. Si los envenenadores y envenenados fuesen medianamente inteligentes e imparciales (mucho pedir en esta España de hoy), se darían cuenta que ambos casos de ejecuciones nada tienen que ver unas con otras. En el caso de Castro es pura y llanamente un asesinato, mientras que en caso de Bush es la aplicación de la ley contra delincuentes, violadores, asesinos terroristas, etc., nunca contra disidentes políticos.

Porque, vamos a ver: ¿es lo mismo fusilar a un grupo de personas por robar una lancha para huir de la miseria y del terror, sin darles la opción y la oportunidad de un juicio ecuánime con defensa, jueces, abogados, etc, o el otro con el visto bueno de sentencia dictadas por jueces profesionales con todas las garantías de defensa para los inculpados? Evidentemente, no es lo mismo.

Además, hay otra circunstancia: los fusilados en Cuba no habían asesinado a nadie, mientras que los ejecutados en Texas, sí eran asesinos. Es decir, estamos hablando de inocentes y de culpables. Pedro claro, esto no se ve así porque el sectarismo, el cerrilismo y otras cosas más llevan a un grado de embrutecimiento que obnubila totalmente la mente.

Y para terminar, hay otro matiz: en el estado de Texas el gobernador no tiene la potestad de indultar a un condenado a muerte. Lo único que puede hacer es retrasar o posponer la ejecución del reo, previa consulta con una comisión que después de estudiar los pormenores del caso, entrega su dictamen al gobernador. Pues bien, se da el caso de que Bush mientras fue gobernador tejano nunca recibió ni una sola petición de moratoria.

En fin, lo de siempre: el pensamiento en blanco y negro de estos antiamericanos, no les permite ver matices y análisis. Son así de simples. Las filias y las fobias embrutecen y perturban el juicio.

¡Cuánta razón tiene Jean-François Revel!































































































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