lunes, 21 de noviembre de 2016

“La obsesión antiamericana” ( I I I )


El título completo del libro es “La obsesión antiamericana. Dinámica, causas e incongruencias”, escrito por Jean-François Revel, Ediciones Urano, S.A. 2003, 247 páginas.


Como comentábamos en nuestro anterior artículo, la  ayuda de los países ricos a los países pobres era mirada como una “devolución de lo robado” porque piensan que la economía es un asunto de suma cero, es decir, lo que unos pierden es porque otros lo ganan.

Desde luego esto es un planteamiento  muy pobre, o tal vez mal intencionado. Cuando se realiza un verdadero comercio entre países, se crea riqueza que va en beneficio de todos. Esto es indiscutible. Lo que sucede es que hay una serie de tópicos izquierdistas entre los cabe reseñar, porque viene al caso, el de que lo que enriquece a los países es la guerra. De ahí lo de Irak y demás.

Si una empresa multinacional va bien y obtiene beneficios, es porque está produciendo los bienes que se le demandan, y no porque engaña a los consumidores. Este pensamiento de enriquecerse por el engaño, está enquistado en lo políticamente correcto y algunos hacen verdaderas piruetas para intentar demostrar lo indemostrable.

Lo que les duele a estos antiamericanos es que los Estados Unidos avanzan, progresan y van en cabeza de casi todo, no porque haya explotación, palabra que figura en el frontispicio del cualquier mente marxista, como causante de todos los males habidos y por haber, sino por mor a su democracia, a su estado de derecho y, sobre todo, gracias a las libertades de todo tipo que allí hay.

Pero es igual: el odio que se le tiene continúa estabulado en muchas mentes, odio que proviene del marxismo. Pero ahora existe otro odio del que también se están aprovechando los de la internacional de la mentira marxista: el que emana del mundo musulmán, que hace que se odie a los americanos por sus libertades políticas, sexuales, pero sobre todo, lo que más odian es la libertad religiosa, que trae como  consecuencia la igualdad y derechos de las mujeres y la separación Iglesia-Estado, cosas estas que no están en el Corán.

En fin, como puede verse, este odio a todo lo que huela a “yankee” es absolutamente irracional y cerril. Esto lo veremos en un próximo capítulo.

Continuará.
























































































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