viernes, 29 de septiembre de 2017

En un país de ignorantes


No cabe duda de que estamos en un país “modelno”, con un léxico que ya lo hubiesen querido para sí los Góngora, Cervantes, Garcilaso de la Vega y un largo etc.


Así, tenemos la expresión “mola pila” para indicar que una cosa gusta o es agradable. También tenemos las palabras “jarto” y “heavy”, para indicar que una cosa o un asunto son fuertes.

Pero lo curioso del caso son las palabras inglesas que se usan en sustitución de las españolas. Y más curioso aún es ver los disparates que se escriben en castellano con unas faltas de ortografía de auténtico asombro.

Tales palabras inglesas, por nombrar algunas son:

La citada heavy. Gay, en lugar de maricón, invertido, sodomita, etc. Poster, por cartel. Business, por negocios. Tupperware en lugar de fiambrera. Handicap por inconveniente. Feeling, por sentimiento. También se usa la palabra kleenex para limpiarnos la nariz o el culo del perro. Y no hablemos ya de los compacts, de los sandwiches, de los slips o de los pantys, siguiendo por el footing, los masters, marketing, ranking, manager, etc.

Y si se quiere conservar la línea, no hay nada más que fijarse en las top-model que toman yogurt light y  que aparecen en los show de “famosos”.

Si está usted viendo la televisión, y no le gusta los anuncios, perdón, los spots, cambiará  de canal haciendo zapping.

¡Ah!, y si usted está hasta el moño o hasta los dídimos de ciertas cosas, no se le ocurra decir esto. Diga que tiene stress.

En fin, uno de los grandes problemas de España, aparte de los ya conocidos, es el de la ignorancia que, como ya se sabe, es osada, valiente y atrevida, y que lleva al “pueblo soberano” a importarle más el fútbol, la ropa, el sexo, la droga y la tele, que los atropellos diarios y constantes de la razón, del sentido común y de la realidad. Así nos luce el pelo.




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